En Agosto del 2005 me diagnosticaron una neoplasia en el colon ascendente, y posteriormente localizaron 18 tumores en el Hígado. En noviembre me operaron del colon, y en cuanto me recuperé empecé una quimio que duró nueve meses. Poco antes de finalizarla conocí a Stella Maris Maruso en una conferencia. Me llegó tanto que en febrero del 2007 viajé a Argentina para hacer el PARA, pues en aquel momento aún no se hacía en Barcelona.
Stella me hizo ver que mas allá de la enfermedad yo no estaba bien por un duelo que no había podido hacer. Sin saber nada de mi estado de salud, mi mamá tuvo su tercer y fatal infarto tres días antes de mi primera operación. Mi consuelo es que estaba en el mismo hospital donde yo ingresé dos días después, así que pude estar con ella dos días enteros, yendo de mi pabellón al suyo, sin que ella supiera que yo estaba ahí ingresado como ella. La noche antes de mi operación me despedí diciéndole: -Hasta mañana- sabiendo que no volvería a verla. Partió mientras me estaban operando.
Al principio no podía llorarla porque al hacerlo me dolía muchísimo la barriga por la operación. Y después aparté ese dolor para centrarme sólo en mi recuperación.
Volví a Barcelona transformado. Convoqué una reunión familiar, abracé a mi padre (hacía años que no lo hacía) y les conté mi experiencia. Y con ayuda de mi Plan de Salud pasé de ser una persona rabiosa y egoísta, donde sólo existía yo, mi familia y amigos, a ser fundador de una Asociación donde nos damos a los demás, y donde intento devolver un poco la ayuda que en su momento recibí.
Las herramientas que me dio el PARA me ayudaron a afrontar la segunda operación de hígado tras “escapárseles” un tumor durante la operación anterior. La quimioterapia finalizó casualmente el día de mi cumpleaños, hace poco más de 14 años.
Desde entonces y hasta el día de hoy y como parte de mi proceso de transformación formo parte de la Asociación Generar Salud